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“Considero que antes mi matrimonio estaba sostenido por una cuerda delgada, pero ahora que estamos casados por la Iglesia, siento que somos sostenidos por un gran cable de acero inoxidable.”

Oscar Contreras

Ni siquiera una pandemia pudo impedir que Oscar continuara como voluntario y discípulo dedicado a Cristo.

Oscar Contreras creció católico, sin embargo, admite que solo asistía a la iglesia durante Pascua y Navidad. En 2019, ya con sus hijas adultas, descubrió que necesitaba acercarse a Dios. De hecho, considera que Dios lo estuvo llamando de distintas maneras.

Fue así que Oscar comenzó a asistir a la iglesia todos los días en Santa María de la Corona en Carbondale y, durante uno de momentos sociales después de la Misa, lo invitaron a la adoración del Santísimo durante una hora cada miércoles.

Mientras asisia a la adoración, conoció a un grupo que rezaba el rosario. Oscar se ríe al recordar que le preocupaba cómo llevar a cabo su oración silenciosa cada semana, mientras que este grupo quería rezar el rosario en voz alta. Nunca había aprendido a rezar el rosario, sin embargo, vio la belleza en la experiencia y pronto comenzó a rezar el rosario con el grupo e incluso solo en casa.

Esta serie de acontecimientos siguió confirmando en Oscar una mayor conversación con el Señor. Sus hijas fueron criadas católicas, pero su esposa fue criada en una religión evangélica y la pareja no se casó por la iglesia católica.

Hace tres años, la pareja finalmente se casó en Santa María de la Corona; Oscar sintió que la pareja finalmente estaba en plena comunión con Dios.

“Considero que antes mi matrimonio estaba sostenido por una cuerda delgada, pero ahora que estamos casados por la Iglesia, siento que somos sostenidos por un gran cable de acero inoxidable”, dijo Contreras.

Justo después de casarse, Oscar comenzó su misión como un voluntario afanoso y confiable que rara vez dice que no en la parroquia. Ha sido catequista, lector, sacristán, ministro extraordinario de la Sagrada Comunión, ujier, miembro del consejo financiero y miembro del consejo parroquial. Ahora, incluso está usando sus habilidades para ayudar con el mantenimiento y las reparaciones en los edificios parroquiales.

Ni siquiera dejó que el Covid se interpusiera en el camino de la enseñanza de la formación en la fe, dijo Kary Lara, directora de educación religiosa y asistente administrativa de las iglesias San Vicente y Santa María de la Corona.

“Oscar enseñó a nuestros estudiantes y superó las dificultades que trajo el Covid”, dijo Lara. “Durante el tiempo de cuarentena, cuando a nadie se le permitió trabajar excepto a los empleados esenciales, el enseñaba en línea”.

Oscar trabaja de tiempo completo para gobierno municipal de la ciudad de Aspen y su trabajo requiere mucho tiempo y esfuerzo, pero constantemente hace tiempo para la parroquia, dijo Lara.

“Oscar hace mucho por nuestra iglesia, y somos tremendamente bendecidos por tenerlo en nuestra comunidad porque sabemos que todo lo que hace es porque ama a Dios”, dijo. “Él es un ejemplo de cómo debe ser un discípulo. Creo que todos necesitamos un Oscar en nuestra comunidad”.

Felicidades, Oscar Contreras, por ser el “Discípulo del Mes” de la Colecta Anual del Arzobispo.

Si conoce a alguien más trabajando en difundir valientemente el Evangelio, por favor comparta su historia con nosotros y nomínela para el reconocimiento de “Discípulo del Mes” en https://archden.org/give/nominate

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